Reinventarnos también toca al Espacio Público.
Aunque no lo hayamos utilizado como antes, el Espacio Público sigue siendo nuestro. Sigue siendo de todos. Allí donde hacíamos ejercicio, nos movilizábamos, nos conocíamos, paseábamos las mascotas, interactuábamos con nuestros amigos y nos mezclábamos con otros, aunque hoy no estemos allí, como antes… siguen pasando cosas.
Muchos hablan de un respiro para la Madre Tierra, otros sólo ven las consecuencias positivas o negativas del confinamiento, sin embargo, reinventarnos también ha servido para tener una nueva percepción de nuestro entorno y así como hace unos meses el mundo entero pareció paralizarse, ahora está pensando en las ciudades postpandemia y los nuevos usos y aprovechamientos del espacio público.
¿Qué está mejorando?
Desde antes del aislamiento preventivo, la Alcaldía Mayor ya había decretado el Pico y Placa Ambiental, para hacerle frente a los altos índices de contaminación principalmente producida por incendios que azotaban las llanuras de la Orinoquía y el norte de Colombia, y todos empezamos a percibir una lenta mejoría en los indicadores.
El Simulacro por la Vida (entre el 20 y el 24 de marzo) y la contingencia decretada por el Gobierno Nacional desde la primera hora del 25 de marzo, que dispusieron el aislamiento social para hacerle frente a la pandemia global del COVID19, siguieron haciendo lo suyo por la calidad del aire que se respira en Bogotá.
La medición de material particulado bajó en la mayoría de las estaciones de monitoreo en la ciudad, en 11 se registraron condiciones moderadas mientras que las estaciones móviles de la carrera séptima y Puente Aranda continuaron registrando situación regular.
La ausencia del flujo vehicular y peatonal en la mayoría de las ciudades, ha hecho que especies nativas de animales puedan recorrer libremente el territorio. En Colombia se han documentado apariciones de zarigüeyas en Neiva, delfines frente a la bahía de Cartagena, guacamayas en Bucaramanga, zorros perrunos en Sopó y el barrio Santa Ana, al nororiente de Bogotá, conejos silvestres y cuzumbos en los cerros de La Calera.
Quedarnos en casa es el antídoto
El manejo de la pandemia del COVID19 nos enseñó a todos que nada está escrito. En general todos los gobiernos asumieron de manera diferencial la intención, esa sí unánime, de evitar contagio masivo. Sin embargo, expertos epidemiólogos compartieron siempre la misma conclusión: el aislamiento social y el lavado frecuente de las manos fue la mejor forma de prevenir el contagio del COVID19.
Durante este tiempo de trabajo en casa, el Grupo del Observatorio del Espacio Público analizó las cifras generadas por la Organización Mundial de la Salud y el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns-Hopkins, que publicaron minuto a minuto el avance de la pandemia, y llegó a estas conclusiones.
Más allá de las cifras sobre contagios y muertes a causa de las complicaciones generadas por el virus, que publican a diarios los medios de comunicación, es importante analizar el pico de contagios que cada país alcanza, en distintos momentos a partir del primer caso reportado, curva que empieza a hacerse más plana desde el momento en que se controla el contagio entre la población. De allí la importancia de tomar medidas de aislamiento.
Los análisis a partir de los datos disponibles demuestran que:
Por Héctor Mujica Escobar. Periodista.
Grupo Observatorio y Política.