Aunque las malas condiciones de la calidad del aire afectan a toda la ciudadanía, no todos sufren estas consecuencias de la misma manera. Según estudios internacionales, son los niños y las niñas, en sus primeros años de vida, quienes corren más riesgo de padecer afectaciones en su desarrollo neurológico y de sufrir enfermedades crónicas que les impidan disfrutar, incluso con el paso de los años, de condiciones óptimas en su salud.
En la ciudad, esta premisa motivó al equipo del Observatorio del Espacio público del DADEP a comprender la relación directa que existe entre los entornos y las condiciones de calidad atmosférica que se presentan en la ciudad, a través de la investigación: ‘Espacio público y primera infancia: calidad del aire en Bogotá’.
El estudio que se encuentra en su fase inicial, se centró en un área que abarca las localidades de Puente Aranda, Kennedy y Bosa que, históricamente ha presentado indicadores desfavorables con relación a la calidad del aire y arrojó resultados preliminares como que: más del 60% de las personas encuestadas, considera que el aire que respira en su barrio es más contaminado con el pasar de los años, y el 12.6% de los niños y niñas han padecido en los últimos cinco años de una enfermedad grave en su salud respiratoria.
Los resultados fueron obtenidos tras consultar a más de 360 personas entre padres y cuidadores de niños y niñas de 0 a 5 años, en seis jardines infantiles de la ciudad.
"Es importante que al soñarse y al construir el espacio público, se piense no solo desde una perspectiva estructural y de diseño, sino que cuente con condiciones apropiadas y óptimas en términos de calidad del aire, para que los niños y niñas verdaderamente puedan disfrutar de entornos seguros, ya sea cuando salgan a recrearse o de camino al jardín y a la escuela. Esto no solo mejorará las condiciones de vida de la primera infancia, además beneficiará a toda la población que usa, goza, disfruta y vive a plenitud la ciudad. Por ello, no podemos esperar una década más para tomar acción". indicó Alejandro Olave, líder del Observatorio del Espacio Público de Bogotá.
La investigación en curso reunió a expertos y tomadores de decisión en diversas áreas y cargos, en la generación de un espacio de encuentro y debate en el que se conocieron las acciones que se adelantan para mejorar los indicadores y encontrar alternativas que, de manera integral, potencien las condiciones de vida de los niños y niñas en la ciudad.
"El material fino particulado puede afectar el cerebro de los niños y las niñas. Por eso es necesario tomar acción, así de momento sean intervenciones de bajo costo, pero de alto impacto como: cambiar rutas, pacificar calles, entre otros, que permitan recorridos más amables con esta población que en últimas, es la más afectada por este tipo de condiciones en la ciudad", señaló Javier Morales, consultor y asesor senior de la Fundación Casa de la Infancia en el diseño, implementación, seguimiento y evaluación de políticas y programas de primera infancia y salud pública.
Esta investigación que estará lista en el primer trimestre de 2023, busca generar información que permita analizar alternativas que mitiguen los efectos de la polución del aire en los desplazamientos de los niños y niñas hacia los jardines infantiles, y en algunos de los sitios de la ciudad con condiciones de calidad del aire menos favorables, de modo que al bajar la exposición a factores contaminantes se vea retribuido en mejoras en su salud respiratoria, a largo plazo.