En Bogotá, la ruralidad equivale al 76,5% del área total del distrito, unas 119 reservas Thomas Van Der Hammen o 23 santuarios Distritales de flora y fauna, de los cuales solo el 3% corresponde a espacio público construido, representado en: vías, andenes, zonas recreativas, entre otros escenarios, de los 11 centros poblados, que se ubican en este territorio. Sin embargo y según la evidencia, las más de 163 mil hectáreas que componen la ruralidad, y los compromisos de proveer de parques, equipamientos e infraestructura a los más de 16.400 ciudadanos que la habitan, se ha convertido en una tarea sin mayores resultados.
‘’El área urbana de la capital, corresponde a un poco más del 23% del suelo de la ciudad, sin embargo, ha sido en estas más de 38 mil hectáreas, en donde se ubica el 97% del espacio público construido de la capital. Eso quiere decir, que existe desconocimiento de la ruralidad y que los nuevos esfuerzos del Distrito deben enfocarse en comprender inicialmente cómo transcurre allí la vida y cómo esta falta de acciones ha afectado a estas poblaciones’’. Indica Alejandra Rodríguez, directora del Dadep.
Acceder a estas cifras fue posible, gracias a la primera fase de la investigación que lidera el Observatorio del Espacio Público de Bogotá. Durante 5 meses, se compiló la información que permitiera determinar un censo de espacios en la ruralidad, evidenciando un contraste entre la cantidad de espacios y equipamientos construidos y la preservación de los ecosistemas encargados de proveer agua a una buena parte de la ciudad, la cual se mantienen en estas localidades.
En la ruralidad se ubica también, el 97,6% de las áreas protegidas en el distrito, dispersas en nueve de las 20 localidades de la ciudad: Sumapaz, Usme, Ciudad Bolívar, Usaquén, Santa Fe, San Cristóbal, Chapinero, Suba y Bosa. Albergando, por ejemplo, en Sumapaz, la red de páramos más grande del mundo.
Conozca algunos detalles del área rural de Bogotá, consultando aquí, el boletín #7, realizado por el Observatorio del Espacio Público de Bogotá.